En
vísperas de la celebración de la X Conversación Clínica del Instituto del Campo
freudiano en España, con el título y el tema de “El amor en las neurosis”, se
me ocurren algunas reflexiones sobre las coordenadas de la erótica actual,
entendiendo por ella el conjunto de los tres elementos que animan y colorean
nuestra existencia de seres hablantes: el amor, el deseo y el goce.
Dado
que asistimos a una feminización progresiva del mundo y el amor ocupa, por lo
general, un lugar importante en la vida de las mujeres, ¿se podría pensar que
el amor sale con ello más fortalecido?
Nada
más lejos de la realidad. Los vínculos amorosos, los vínculos en general,
parecen perder progresivamente solidez -Bauman habla de amor líquido.
Hay
que aclarar qué cuando, en psicoanálisis, hablamos de la feminización del
mundo, no nos referimos a la presencia creciente de la mujer en la vida social
y, por tanto, no la consideramos una consecuencia directa de ella.
Nos
referimos a que hay una modificación de la lógica del Otro social: hemos pasado
de un funcionamiento basado en la lógica del Todo a un funcionamiento basado en
la lógica del no todo. Trataré de explicar un poco esto.
J.
Lacan escribió en los años setenta las llamadas fórmulas de la sexuación para
dar cuenta de la posición masculina y femenina frente al goce (1).
Hay
dos modalidades de satisfacción posibles, cada una de las cuales sigue una
lógica distinta: 1. El goce de los sujetos, hombres o mujeres, en posición
masculina es todo fálico; y 2. El goce de los sujetos, hombres o mujeres, en
posición femenina es no todo fálico.
Ambas
lógicas implican figuras distintas del Otro respecto a la ley y su garantía: la
lógica del Todo fálico requiere un Otro, el padre tradicional, que enuncia la
ley pero queda excluido del conjunto al que esa ley se aplica, por lo que puede
funcionar como su garantía, lo que crea un conjunto con los elementos a los que
se aplica la ley cerrado y consistente. Sin embargo, en la lógica del no todo
fálico, se trata de una figura distinta del Otro: un padre que enuncia la ley
pero está incluido en el conjunto al que esa ley se aplica por lo que no puede
ocupar el lugar de excepción necesario para ser su garantía, como ocurre con el
padre actual; el conjunto al que se aplica la ley es entonces inconsistente y
no se puede cerrar.
Decimos
que, en el primer caso, existe un Otro de la garantía (2) y, en el segundo, no
existe ese Otro –lo que no quiere decir que no haya ningún Otro sino que
estamos ante una figura del Otro marcada por su inexistencia lógica, que se
escribe mediante el matema S(A/).
Podemos
aplicar estas formulas a lo social si cambiamos el valor fálico de la x de la
función –f(x)- en las fórmulas para leer los fenómenos sociales (3). En vez de
dos figuras distintas del padre, tendremos dos figuras distintas del Otro
social (2): la del Otro que existe, consistente, y la del Otro que no existe,
inconsistente. Y el conjunto definido por ese Otro pasa a ser el conjunto
social, cerrado y limitado en un caso y abierto e ilimitado en el otro.
Entonces
cuando hablamos de la feminización actual del mundo actual, y decimos que este
último se rige por la lógica del no todo, queremos decir que nuestra época nos
las tenemos que ver con las consecuencias de la inexistencia del Otro.
¿Cuáles
son estas consecuencias y cómo podemos pensar que afectan a la erótica actual,
si tenemos en cuenta que la erótica es siempre sensible a los cambios en las
coordenadas culturales del Otro?
Hemos
dicho que la inexistencia del Otro afecta a la enunciación de la ley, lo que
repercute en la figura actual de la autoridad, que no puede sostenerse en sí
misma -principio último de cualquier autoridad- ni puede garantizar la ley del
mismo modo. Es una autoridad agujereada. Esto tienen consecuencias en la
regulación del goce y, también, en los vínculos de amor.
Al
quedar la regulación del goce a cargo del sujeto, éste no solo queda librado a
sí mismo, sino que también queda a solas consigo mismo. El autismo del goce se
vuelve prevalente. El goce no se dirige al Otro, como requiere el amor. Esto es
lo que Lacan presagió durante mayo del 68 como el ascenso futuro –nuestra
actualidad - del objeto a, el objeto de goce, al cénit social.
Este
ascenso tiene lugar en detrimento de la función del ideal.
Uno
y otro proveen de distintas modalidades de regulación: si el ideal provee de
una regulación para todos, la regulación del objeto a es singular, para
uno solo, es una autorregulación sin el Otro, lo que da una regulación
“desregulada” desde el punto de vista del universal. El goce se regula por el
lado del exceso, acentuando su lado mortífero.
Es
una regulación en principio por fuera del vínculo con el otro, si bien puede
llevar a hacer vínculo por modalidad de goce, cada vez más frecuentes: cenas de
singles, grupos excursionistas gays… Estos vínculos que no se basan en el ideal
sino en la satisfacción no dan la misma solidez al sujeto.
Actualmente
el goce (régimen del Uno) prevalece por encima del amor (régimen del Otro) y
sus vínculos, que son más frágiles e inestables, pero sobre todo más banales.
El
amor incomoda a muchos sujetos hoy en día. Quizás porque crea dependencia no
muy bien vista en estos tiempos en los que imperan la ilusión de autonomía y de
independencia –así como hacer en todo momento lo que se quiere y estar siempre
bien. Paradójicamente cada vez encontramos más dependencias, solo que son
"autistas" y dejan al sujeto solo consigo mismo teniendo como único
partenaire el objeto de goce: la droga, el juego, la imagen, el trabajo,
internet… Al no tener el límite del amor, el goce enseña claramente su
naturaleza compulsiva.
Las
modificaciones en las relaciones del amor con el goce en los sujetos
contemporáneos no pueden dejar de afectar al deseo.
Si
tomamos el famoso aforismo lacaniano sobre las relaciones entre amor, deseo y
goce, “Solo el amor permite al goce condescender al deseo”, podemos
preguntarnos qué pasa si el amor, el vínculo con los otros, no tiene suficiente
solidez a fin de que el goce autista consienta en realizar alguna cesión para
preservar el deseo.
Vemos
que cuando el sujeto queda librado al propio goce, desea menos (4).
Paradójicamente la ausencia de prohibiciones o de limitaciones no tiene como
consecuencia un deseo mayor sino un debilitamiento de este último. El estado
actual del deseo se puede reconocer en el incremento de la apatía, el
aburrimiento, la desilusión y ausencia de proyectos y la sensación de poca
vitalidad que conduce a un número cada vez mayor de sujetos al consumo de
drogas estimulantes, legales (antidepresivos...) e ilegales (cocaína, etc.), o
de "nuevas experiencias" y sensaciones fuertes.
En
nuestra época el deseo sufre inexorablemente la misma suerte que la
subjetividad, ambos en peligro de extinción al compartir como hábitat el mismo
precioso y reducido margen.
Como
conclusión, vamos a parar a una paradoja: resulta que, a pesar de las
libertades sexuales de nuestra época, de que nunca hubo tantas ocasiones para
todo tipo de encuentros, y de que hay muchos encuentros, a pesar de que, a
nivel de conducta sexual, los sujetos no encuentran apenas restricciones para
hacer lo que quieren -encuentran más bien un empuje a hacerlo-, y siempre pueden
encontrar en algún lugar un partenaire dispuesto, las coordenadas actuales de
las relaciones entre el amor, el deseo y el goce llevan más bien a pensar que
la erótica no disfruta de un buen momento.
Notas
1.
J. Lacan. El Seminario, libro XX: Aún (1972-1973). Buenos Aires: Paidós,
1989.
2.
J.-A. Miller y E. Laurent. El Otro que no existe y sus comités de ética
(curso 1996.1997). Buenos Aires: Paidós, 2005.
3.
Sobre este punto se puede consultar el artículo que publiqué hace un tiempo:
“Jacques Lacan, Dios y el goce femenino”. En: Revista El psicoanálisis
7. Barcelona: ELP, 2004.
4. Ver la entrada anterior en este blog:
“El psicoanálisis y el fracaso de la liberación naturalista del deseo”: http://www.elblogdemargaritaalvarez.com/2010/02/el-psicoanalisis-y-el-fracaso-de-la.html
2 comentarios:
MUY BUENO TU ARTICULO MARGARITA. QUISIERA PEDIRTE ME PASES DATOS BIBLIOGRAFICOS PARA TRABAJAR ESTO DE LA FEMINIZACION DEL MUNDO. MUCHAS GRACIAS. MONICA BIAGGIO, MIEMBRO DE LA EOL Y DE LA AMP.
Gracias Mónica.
Creo que la feminización del mundo contemporáneo hay que entenderla fundamentalmente como una feminización lógica, consecuencia de que el Otro que rige el conjunto social tenga la figura de su inexistencia lógica, es decir, la isma figura que rige lado fórmulas de la sexuación del lado femenino. Puedes ver otro articulo en el archivo del blog llamado "La feminización lógica del hombre contemporáneo". Espero que te ayude.
Te pongo aquí la dirección:
http://www.elblogdemargaritaalvarez.com/2010/09/la-feminizacion-logica-del-hombre.html
Un saludo,
Margarita
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