En junio de 2009, la ELP organizo en Barcelona un foro bastante exitoso: "Lo que la evaluación silencia: un caso urgente el autismo". En él, numerosas voces subrayaron, alertaron y denunciaron los peligros de priorizar en los tratamientos la vertiente científica, en base a una supuesta rentabilidad, dejando fuera la vertiente del sujeto y su deseo. Esta problemática tiene consecuencias especialmente delicadas, cuando no nefastas, en el caso del autismo, donde de lo que se trata precisamente es de producir un sujeto. Para más información sobre el foro, se puede consultar la reseña en este mismo blog: (http://www.elblogdemargaritaalvarez.com/2010/06/resena-forum-lo-que-la-evaluacion.html).
O, también, la web del Foro Autismo: http://foroautismo.blogspot.com
O, también, la web del Foro Autismo: http://foroautismo.blogspot.com
Ahora, año y medio después, el Instituto Psicoanalítico del Niño ha publicado esta nota sobre la situación actual del tratamiento de autismo en Francia y la posición del psicoanálisis al respecto. La reproducimos a continuación y les pedimos que colaboren a su necesaria difusión.
INSTITUTO PSICOANALÍTICO DEL NIÑO
UNIVERSIDAD POPULAR JACQUES LACAN
Publicamos el texto del Instituto Psicoanalítico
del Niño que es una primera reflexión sobre la situación actual cuando lo que
está en juego es grave para los jóvenes autistas, sus padres y para todos los
practicantes que están confrontados a sus dificultades.
Invitamos a todos
aquellos que aprueban este primer texto, a colocarlo en los tablones de
información de las instituciones donde trabajan y difundirlo. Urge emprender un
debate para profundizar el análisis de la gravedad del contexto en el que estos
practicantes ejercen sus profesiones respectivas.
Es urgente informar a todos
los padres de esta gravedad que concierne a todo el mundo.
Judith Miller
“AUTISMO Y PSICOANÁLISIS”
Nuestras
convicciones
El
Instituto Psicoanalítico del Niño ha conocido, estos últimos meses, una extraña
campaña que apunta a excluir al psicoanálisis de la atención a los niños y
adolescentes autistas. Esta campaña culmina ahora con una proposición de ley
que ha hecho reaccionar a todos los representantes profesionales y las más importantes
asociaciones de familias (UNAPEI).
Dicha campaña proviene de un intenso trabajo
de acoso que alega loables intenciones: mejorar las condiciones de una parte de
la población. De hecho, se trata para sus promotores de obtener de los poderes
públicos subvenciones masivas en beneficio de métodos de condicionamiento, de
manera que ofrezcan soluciones ready-made
a los familiares que buscan con inquietud soluciones allí donde hay una
verdadera penuria de acogida institucional.
El Instituto psicoanalítico del
Niño reúne psicoanalistas, practicantes de instituciones especializadas
–psiquiatras, psicólogos, enfermeras, logopedas, psicomotricistas-
profesionales del campo de la infancia –enseñantes, educadores, juristas,
médicos- que tratan desde hace muchos años a niños en sufrimiento, orientándose
por el psicoanálisis de Freud, de Lacan y de los avances más actuales de la
investigación clínica.
A este
respecto, el Instituto Psicoanalítico del Niño, a través de su Comisión de
iniciativas desea posicionarse. Se trata, aquí, de testimoniar sobre los
principios que gobiernan nuestra acción:
1. Recordemos
que en Francia, a partir de los años 60-70, son los psiquiatras infantiles y
los psicólogos formados en psicoanálisis los que comienzan a preocuparse por la
suerte de los niños autistas, hasta el momento emplazados en el hospital
psiquiátrico o en instituciones cerradas, donde la dimensión deficitaria era
preponderante. Toman apoyo en los psicoanalistas anglosajones: Frances Tustin,
Margaret Mahler, Donald Meltzer y en la institución de Maud Manonni la “Escuela
experimental de Bonneuil”, en los trabajos de Rosine y Robert Lefort, alumnos
de J. Lacan. El conjunto de estos trabajos dan a los practicantes –psiquiatras,
psicólogos, enfermeras, logopedas, psicomotricistas- la idea de un tratamiento
posible y de aprendizajes que tienen en cuenta el síntoma del sujeto más allá
de la coerción. Los hospitales de día, dentro del movimiento de sectorización
de la psiquiatría, se crean en esta perspectiva. Se trata de ofrecer una
acogida que no esté basada en el déficit y que tenga en cuenta la
particularidad de cada sujeto. La situación familiar forma parte de esta
particularidad, pues las constelaciones familiares están muy lejos de ser todas
idénticas. Los padres son recibidos, escuchados. Los niños, los adolescentes
son acogidos en pequeños grupos, solicitados por “talleres” donde pueden seguir
sus intereses. En los momentos de la comida, del juego, del estudio
experimentan nuevas relaciones con los objetos y con las demandas que
estructuran el mundo de todos los niños, pero de las que los niños autistas se
defienden.
2. Esta
larga experiencia de diagnóstico, de acompañamiento de las familias, de
realizar recorridos especialmente tejidos para cada uno, ha sido el objeto de
numerosas publicaciones y de recogida de trabajos. No habría podido sostenerse
sin la referencia cotidiana al psicoanálisis, a su cuerpo textual, a su
enseñanza viva. ¿Cómo situar, hoy, el lugar del psicoanálisis en el tratamiento
del niño autista? Proponemos 5 ejes de respuesta:
- La
formación analítica, es decir la experiencia de un psicoanálisis personal, da a
los practicantes un útil potente para situar su acción, respecto de los sujetos
autistas, en la adecuada distancia, manteniéndose a distancia de los ideales de
normalización o de normalidad incompatibles con el acompañamiento profesional de
sujetos en espera.
- Este
respeto de la posición del sujeto es la brújula que orienta, en efecto, esta
acción. En ningún caso se trata de dejar al niño, al adolescente ser el
juguete, por ejemplo, de sus esterotipias, repeticiones, ecolalias,
considerándolas como un primer tratamiento elaborado por el niño para
defenderse, se trata de introducir allí, en una presencia discreta, nuevos
elementos que van a complejizar “el mundo del autismo”.
- La
apuesta, en principio, es que el niño pueda localizar la angustia o la perplejidad
que desencadena en él la interpelación de un otro y poner en juego las
funciones del cuerpo en su relación con esta demanda –alimentarse y dejarse
alimentar, perder los objetos urinarios y anales, mirar y ser mirado, escuchar
y ser escuchado. Los psicoanalistas desde hace mucho tiempo han señalado la
dimensión de ritual de interposición que constituyen numerosos rasgos
sintomáticos invalidantes. La creación o el descubrimiento por el niño de un
“objeto autístico”, cualquiera que sea su forma, a menudo es una fuente fecunda
para crear lazos y nuevos espacios más libres de las constricciones
autísticas.
- Los
psicoanalistas de ninguna manera ponen en duda la inscripción de los niños
autistas en los dispositivos de aprendizaje. Al contrario ponen de relieve que
el sujeto autista ya está, muy a menudo, “en el trabajo”. Los autistas llamados
de “alto nivel” dan cuenta, en este ámbito, de una masiva investidura del
pensamiento, del lenguaje y del dominio cognitivo en los que encuentran fuentes
inéditas. Más en general, para todos los niños, los practicantes buscan
privilegiar los acercamientos pedagógicos y educativos que puedan adaptarse
para dar un lugar a las singularidades sociales y cognitivas de los niños
autistas. Enseñantes y educadores dan testimonio, en el seno del Instituto
psicoanalítico del Niño, de lo que han elaborado con el niño y el adolescente.
- Por
el contrario, los psicoanalistas se levantan con su mayor fuerza contra los
métodos, llamados, de “aprendizaje intensivo” que en realidad son métodos de
condicionamiento conductual que utilizan masivamente la presión, incluso la
intimidación para promover cuidados totalitarios y totalizantes que se
autoproclaman como único tratamiento válido del autismo. Lejos de esta
reducción, hay que diferenciar los diferentes acercamientos al aprendizaje. Los
psicoanalistas y practicantes, agrupados en el seno del Instituto
psicoanalítico del Niño representan a todas las categorías profesionales que
están presentes en el campo de la infancia, y se declaran especialmente
vinculados, por los niños y adolescentes, a los sistemas de atención y
tratamiento y educación existentes en Francia, en tanto que permiten repartir
las responsabilidades respectivas y diferenciadas entre los profesionales de la
atención y tratamiento, de la educación y los padres.
3. Las clasificaciones actuales de los
trastornos mentales –especialmente el DSM- introducen una gran confusión en el
debate, haciendo aparecer en el mismo nivel diagnóstico síntomas de la infancia
tales como el tartamudeo o la enuresis, “trastornos” referentes a una
normalidad social –como los trastornos de oposición con provocación o los
trastornos de conducta- y el autismo –trastorno autístico. El autismo, y sus
diversas formas, se encuentra así aislado como el único verdadero cuadro
clínico de la categoría “Trastorno generalizado del desarrollo”. Los debates en
curso sobre la continuidad del “espectro autista”, sobre la oportunidad de
mantener en la misma serie los TGD, los llamados Asperger, muestran cuan
inestable es esta categoría. Dentro de este “espectro autista” hay que examinar
en detalle los fenómenos invasivos del cuerpo y situar las manifestaciones
extrañas e inquietantes de las que están apresados. Los psicoanalistas y
practicantes de orientación lacaniana acompañan a numerosos niños y
adolescentes en esta elaboración que les permite guardar o encontrar un lugar
en el lazo social y familiar. Los padres pueden entonces autorizarse a hablar
de ciertos rasgos de sus hijos, comprendiendo su valor a pesar de su carácter
extraño. Este trabajo es necesariamente largo, pues supone hacer causa de una
diferencia del niño que viene contra las expectativas y deseos que envuelven su
presencia en el mundo. El psicoanalista, para recoger este sufrimiento, debe
estar atento al sufrimiento de los padres y sostenerlos en esta prueba.
4. Múltiples hipótesis etiológicas
–genética, de vacunación, neurocognitiva, etc.- presentadas como verdades
científicas, a menudo seguidas de un único artículo aparecido en una revista
del que conocemos algunos meses o años más tarde su carácter sesgado, circulan
en los medios más diversos y enloquecen a los padres. Estas hipótesis causales
vienen a responder estrictamente a la reducción del autismo a un trastorno del
desarrollo, presentado como una enfermedad genética incluso epidémica. Estas
hipótesis se apoyan en la ley de 2005 sobre la discapacidad, que no obstante de
ninguna manera apunta a establecer una sentencia del tipo “es una discapacidad,
luego no es una enfermedad”, sino a permitir una orientación adaptada para el
niño y una ayuda para la familia. Sobre este punto queda mucho por hacer y las
asociaciones de padres son una fuerza indispensable e ineludible para hacer
avanzar proyectos adaptados, en particular para los niños más pequeños, para
los adolescentes y los jóvenes adultos. En este sentido, el anuncio del autismo
como una gran causa nacional no puede más que alegrar a todos aquellos que se
movilizan en la atención dispensada a los niños y adolescentes autistas.
5. Los
psicoanalistas siguen los debates científicos en torno a las causas del autismo
infantil. Cualquiera que sean las causas no pueden reducir al sujeto a un
mecanismo. Los psicoanalistas toman en cuenta los sufrimientos con los que se
encuentran y promueven las instituciones y las prácticas que garanticen que el
niño y su familia serán respetados en su momento subjetivo. Facilitan, siempre
que es posible, la inserción del niño en lazos sociales que no le perjudique.
Los psicoanalistas no son poseedores de una verdad “psicológica” sobre el
autismo, ni promotores de un “método educativo” particular. Promueven un
mensaje claro para el sujeto autista, sus padres y todos aquellos que en
institución o en acogimientos especiales toman partido y hacen la apuesta de
acompañarles -los psicoanalistas forman parte de ellos: es posible construir
otro mundo que el mundo de defensa y de protección en el que está encerrado el
niño autista. Es posible construir una nueva alianza del sujeto con su cuerpo.
El esfuerzo de todos apunta a demostrar clínicamente esta posibilidad.
La Comisión de iniciativas del Instituto Psicoanalítico
del Niño
Sra.
Judith Miller (París) - Dr. Jean Robert Rabanel (Clermont-Ferrand) - Dr. Daniel
Roy (Bordeaux) - Dr. Alexandre Stevens (Bruxelles)
Colectivo
de los 39: http//www.oedipe.org/fr/actualites/autisme39
Sindicato
de Psiquiatras de Hospitales: http//www.sphweb.info/slip.php?article937
Carta abierta a Daniel Fasquelle
(sobre la
proposición de ley que apunta al cese de las prácticas psicoanalíticas en la
atención de los autistas)
La Sra.
Edwige Antier, diputada por París (UMP) y pediatra, ha comunicado a Gérard
Miller, psicoanalista, el documento siguiente, dirigido a su colega Daniel
Fasquelle, autor de una proposición de ley que concierne a la práctica del
psicoanálisis.
Mi
querido colega Daniel:
No dudo
de tu sinceridad en la gestión que anima tu proposición de ley sobre el cese de
las prácticas psicoanalíticas en la atención a las personas autistas, la
generalización de los métodos educativos y conductuales y la reasignación de
todas las financiaciones existentes a estos métodos.
En el
debate planteado, pienso que debes escuchar la información necesaria sobre la
reacción de los profesionales.
No hablamos ya de “autistas” sino de pacientes
con “trastornos del desarrollo en el espectro autista” pues estos trastornos
responden a patologías multifactoriales y demandan ayudas caso por caso. Hacer
creer que las prácticas psicoanalíticas son utilizadas en detrimento de la
atención con prácticas conductuales a los pacientes es un juicio extremadamente
peligroso hecho a los psiquiatras infantiles de los CHU (1) que el Ministerio
de Sanidad ha hecho responsables de las ayudas a estos pacientes. Los padres de
los niños autistas tienen una legítima cólera pues las querellas de los grupos
han disminuido el desarrollo de todas las competencias de las que tienen
necesidad. Encuentro muy agravante alimentar, por una proposición de ley, el
juicio de intenciones hecho a importantes médicos que consagran su vida a la
investigación y al alivio de estos sufrimientos. Todos los trabajos y
contribuciones son interesantes en este principio de siglo que será el de los
grandes descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro y sus interacciones
muy precoces con el medio ambiente. El deber del Estado es dar medios para esta
investigación, mejorando la ayuda a estas familias y en particular la formación
y el número de educadores.
Nuestro Gobierno ha hecho grandes esfuerzos a pesar
de las dificultades económicas actuales por aumentar el número, pero no es
suficiente. Es en este sentido que los parlamentarios pueden ayudar a estos
niños, dejando al Ministro de Sanidad encargado de velar por las buenas
prácticas y a la Ministra de cohesión social de acompañarle. Nuestra colega, la
senadora Valérie Létard ha ofrecido un excelente informe dotado de
proposiciones sobre la cuestión. Entrar a nivel parlamentario en un debate
sobre decisiones médicas es nocivo para los pacientes y sus familias,
desmoviliza a los Jefes de servicio de los hospitales aunque el médico clínico
o el personal de la guardería alerte a la familia. Inmiscuirse en el trabajo
interdisciplinario del equipo encargado en este momento angustiante no le
presta un servicio a estos niños.
NdT
1. CHU
designa a los Centros Hospitalarios Universitarios.
Posicionamiento de Edwige Antier
La
Sra. Edwige Antier, diputada por París y pediatra, hace saber públicamente que
no quería que una ley prive a los autistas de las prácticas psicoanalíticas y
en consecuencia no se asocia a la proposición de ley de su colega Daniel
Fasquelle que apunta al “cese de las practicas psicoanalíticas en la atención a
personas autistas y en la generalización de los métodos educativos y
conductuales”.
Escribe: “Las personas,
llamadas autistas deben tener el derecho de beneficiarse de todos los recursos
de la medicina, de la psiquiatría y de la psicología. Hoy en día hay una nueva
clasificación de trastornos del desarrollo, el autismo entrando dentro de
muchos síndromes de origen y tratamientos muy diferentes, es el más frecuente
clasificándose en los “trastornos generalizados del desarrollo. Los equipos
médicos de psiquiatría infantil con insufrible escasez de medios, sin embargo
en la actualidad están completamente abiertos a todos los métodos de atención,
y deben poder poner al servicio de la persona autista y su familia todas sus
competencias.
El debate sobre el papel del psicoanálisis en el seguimiento de
los niños autistas es un debate del pasado. Bruno Bettelheim que ha sido
acusado de culpabilizar a las madres de los niños autistas, desapareció hace 22
años, y ningún psiquiatra infantil, sea psicoanalista, no se priva de poner un
abanico de tratamientos en el cual está incluido el método conductual al
servicio de estas familias. El sufrimiento de los padres, el drama que viven
ante una sociedad demasiado pasiva en cuanto a las ayudas para estos niños, no
deben ser avivados por las querellas de escuela”
. En resumen, Edwige
Antier deplora está proposición de ley que pretende dictar sus elecciones
terapéuticas a médicos psiquiatras y a psiquiatras infantiles. Piensa que no es
el papel de los parlamentarios.
Petición de apoyo a la posición de Ewdige Antier
Los
abajo firmantes se asocian a la Sra. Edwige Antier por deplorar la proposición
de ley que pretende dictar sus elecciones terapéuticas a los médicos
psiquiatras y a los psiquiatras infantiles. Como ella, piensan que no es el
papel de los parlamentarios.
Sra.
Judith Miller (París) - Dr. Jean Robert Rabanel (Clermont-Ferrand)
- Dr. Daniel
Roy (Bordeaux) - Dr. Alexandre Stevens (Bruxelles)
Traducción:
Mariam Martín Ramos