martes, 25 de septiembre de 2012

UN AMOR SIN LÍMITES. HACIA UNA NUEVA CONCEPCIÓN LACANIANA DEL AMOR


Parque del Laberinto de Horta (Barcelona). Foto de Margarita Álvarez

En relación al tercer eje de las jornadas –la transformación del amor que produce la experiencia analítica-, encontramos en el Seminario XI de Jacques Lacan, la idea de que al final del análisis puede emerger la significación de un amor sin límites. Voy a hacer seguidamente un pequeño recorrido por el último capítulo del seminario, para tratar de situarla.*

Un amor sin límites
En el Seminario XI, Lacan establece las operaciones de causación subjetiva para dar cuenta en esos momentos de la constitución del sujeto y la producción del objeto. Recordaré tan solo que en la primera operación, el viviente se aliena al Otro del significante, desaparece bajo los significantes del Otro, que pasan a representarle. En la segunda, se separa del Otro del significante, que pasa a ser un Otro deseante, es decir, a estar barrado. La pregunta del sujeto respecto a este Otro pasa de un “¿qué quiere decir?” a un ¿qué me quiere? ¿qué objeto soy para él? El sujeto responderá a dicha pregunta en términos fantasmáticos quejándose, denunciando, etc., el goce del Otro. El Otro le quiere chupar, devorar, dañar, destruir… En otras palabras, quiere gozar de él, o lo que es lo mismo, quiere su castración.
El sujeto, en el análisis tendrá que separarse de ambas figuras del Otro: el Otro del significante y el Otro planteado aquí todavía en términos de deseo, pero que más adelante Lacan situará en términos de goce.
Respecto al primero, el sujeto tendrá que confrontarse a los significantes primordiales a los que está sujeto, los cuales desconoce. Una vez caídas en el análisis estas identificaciones ideales que le determinan (S1), se trata de extraer el objeto a, que la escena fantasmática vela.
El atravesamiento de la pantalla del fantasma permite desvelar el objeto con el que el sujeto juega su partida. No se trata del goce del Otro sino del propio. En esos párrafos, Lacan introduce que “la experiencia del fantasma fundamental deviene la pulsión” (2). A continuación, se pregunta por ella: “¿Cómo puede un sujeto que ha atravesado el fantasma radical vivir la pulsión? O lo que es lo mismo, ¿qué estatuto tiene la pulsión una vez atravesado el fantasma?
Esto –dice-, solo puede abordarse en esos momentos al nivel del analista, “en la medida que se le exige haber recorrido en su totalidad el ciclo de la experiencia analítica” (3). Es este recorrido lo que permite operar el deseo del analista, que Lacan define en este seminario como el deseo de mantener lo mas separado posible el plano del Ideal y el del objeto. “Se trata [para el analista], de llevar la experiencia del sujeto al plano en el cual puede presentificarse, de la realidad del inconsciente, la pulsión” (4). Allí ya no es más cuestión del “Otro me hace” sino de un “hacerse uno mismo”.
En la siguiente página, Lacan plantea que “el amor solo puede postularse en ese más allá (la cursiva es mía) donde, para empezar, renuncia a su objeto” (5).
De entrada, el amor requiere de la ley y la castración, es decir, de la operación de la metáfora paterna, sin la cual no puede “instituirse una relación vivible, temperada, de un sexo con el otro”. La operación del padre da una versión del objeto de amor y, de este modo, el amor tiene límites, es limitado.
Pero el amor –señala Lacan- solo puede postularse más allá de ello: más allá del padre, del Edipo y de la ley, es decir de lo imaginario y lo simbólico –donde lo había situado hasta la fecha. Solo después de haberse separado del Otro, “puede surgir allí la significación de un amor sin límites, por estar fuera de la ley, único lugar donde puede vivir” (6).
Entiendo que al final del análisis se puede imaginar, pensar una significación del amor por fuera de la versión del padre, más allá del inconsciente. Sería un amor que implicaría otra relación con lo real. En este sentido, la noción de un “amor sin límites”, del que habla Lacan en 1964, podría pensarse ya en la línea de la noción de "un nuevo amor" que planteará en los años 70.
(*) Texto publicado en La carta de aLmor nº 3, boletín electrónico preparatorio de las XI Jornadas de la ELP, que se celebrarán en La Coruña los días 9,10 y 11 de noviembre de 2012, con el título: “Un nuevo amor… Destinos del amor en la experiencia analítica”.

Notas
1. J. Lacan: El Seminario, libro XI: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (1964). Buenos Aires: Paidós, 1987.
2. Ibídem, p. 281.
3. Ibídem.
4. Op. cit., p. 282.
5. Op. cit., p. 283.
6. Op. cit., p. 284.

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