martes, 24 de noviembre de 2009

¿ARTE PSICOPATOLOGICO? ARTE, SIN ETIQUETAS

Desde el pasado mes de 22 de octubre puede visitarse en Valencia la exposición  “La pinacoteca psiquiátrica en España (1917-1990)". Gracias al deseo de su comisaria Ana Hernández, a su tesón y su buen hacer, la exposición permite ver una interesante muestra de la obra pictórica de distintos artistas, todos ellos pacientes ingresados en alguno de aquellos antiguos manicomios, que afortunadamente desaparecieron o se reciclaron con la reforma psiquiátrica iniciada en España a finales de los setenta. El interés de algunos coleccionistas particulares, a quienes pertenecen la mayoría de estas obras, ha permitido en muchos casos su conservación. Sin embargo, la titularidad privada ha hecho también que por lo general estén poco accesibles y sean para nosotros prácticamente desconocidas. Por ello, la labor de Ana Hernández es aún más valiosa.
La mirada de estos artistas sobre sí mismos, sobre su vida y las instituciones que los albergaban, el personal que los atendía y los tratamientos que recibían, permiten asimismo construir cierta historia de los ideales y las miserias de la historia de la psiquiatría española durante el siglo XX, no solo sobre sus instituciones y tratamientos sino también sobre su funcionamiento y día a día. Otros objetos presentes asimismo en la exposición, tales como libros, material fotográfico y audiovisual, colaboran a ello. Se trata, en estas obras, de una mirada con frecuencia lúcida, pero siempre singular, como lo es por otro lado cualquier producción artística.


El interés por las producciones de los pacientes psiquiátricos se despertó a finales del XIX tras la publicación del libro de Cesare Lombroso (1864) sobre la relación entre el genio y la locura. La célebre colección que el psiquiatra alemán Hans Prinzhorn, analizado con Jung, reunió en el hospital psiquiátrico de la Universidad de Heidelberg en 1921 testimonia de ello. 
Pero denominar tales producciones, como se hace con frecuencia, con la etiqueta de “arte de los enfermos mentales”, “arte psicótico” y “arte psicopatológico” introduce una problemática. ¿Hay que diferenciar entre las producciones de los pacientes psiquiátricos y los que no lo son? ¿Hay un arte normal o sano? Es más, el arte, ¿puede someterse a las categorías de normal o anormal, de sano o patológico? El intento del pintor francés Jean Dubuffet, en los años cuarenta, de sacar tales producciones del dominio de la psicopatología e incluirlas en la del “art brut” -"outsider art” o “arte marginal” en el mundo anglosajón-, no hizo más que mantener la diferencia con la obra de otros artistas, aunque desde otra perspectiva.
Sin embargo, más allá del nombre con que fueran calificadas es preciso reconocer el efecto positivo que se derivó del hecho de que la psiquiatría comenzará a interesarse por las personas encerradas en las antiguas instituciones asilares o manicomios, que se dirigieran a ellos, podríamos decir, suponiendo un sujeto a pesar de su mutismo -suposición necesaria, para el psicoanálisis, para que pueda hablarse de clínica. El efecto terapéutico que siguió, en algunos casos, a la realización de tales producciones, que cobran en ocasiones valor de realización sinthomática, tomando las palabras del psicoanalista Jacques Lacan, nos hacen pensar también en la tesis de Foucault de la locura como ausencia de obra.
El título de la exposición “Pinacoteca psiquiátrica” no entra en esta problemática al señalar solo la procedencia de las obras, pero su comisaria no elude tomar posición: “Estas pinturas no son un reflejo de procesos psicopatológicos (…) son representaciones artísticas (…) erigiéndose como un hecho cultural más allá de las etiquetas”. 
La exposición está alojada en el Centre cultural La nau de la Universidad de Valencia y podrá verse hasta el 24 de enero de 2010 (www.uv.es/cultura).
Y, para finalizar, otra noticia relacionada. El sábado 12 de diciembre tendrá lugar, en Bilbao, el segundo coloquio “Art and Psi” organizado por la Asociación Creaturas (www.creaturas.org), que reúne a psicoanalistas y artistas interesados en la producción artística en las psicosis. Del primer coloquio, que tuvo como título “Heterodoxias”, contamos con una publicación de idéntico nombre. Como colofón, esta vez, hay prevista una conferencia del psicoanalista francés Gérard Wacjman que tendrá por título “Violación de lo íntimo y respuestas del arte”.

Nota:
Las imágenes incluidas no pertenecen a la exposición. Son dos obras del pintor Jaume Manresa.

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